UNA mañana como cualquier otra, en esa parada de autobuses fría, esperando una de las rutas menos transitadas, el viento soplaba los carros pasaban, todos parecen muy apurados para llegar a los trabajos, escuela, liceo o universidad, pero el tiempo no fue mas igual, el tiempo se paralizo, el tiempo fue manipulado por la mente, cuando a través de los ojos la vio, a esa chica nunca antes vista, en aquella fría parada del mes de Diciembre, pelo castaño, ojos oscuros, blanca pálido mejillas sonrojadas, la vio a ella, la mirada no le pudo quitar, pues era muy hermosa en cada mirar, una ruta que le toco la dejo pasar, pues quería seguir allí para poderla admirar, aunque no fue mucho aquella bella mujer se tubo que marchar. Cuando logra al fin despertar tarde se le había hecho para a su destino llegar.
No apareció mas en ningún lado ni aquí ni allá, aquella bella mujer se pudo esfumar, sin pedirle el nombre ni numero celular, cuando podría volver a verla, ahora su deseo es tenerla, buscando palabras para elegir aun tiene esperanza para podérselas dirigir.
Decía: esta mañana no la voy olvidar. Sin saber, que en esa misma tarde a aquella mujer volvería a ver.
En un autobús iba con uno de sus panas, por la transitada avenida mientras hablaban cuando de repente la vio a través de la ventana, en otra ruta ella iba, pidió la parada con disposición y la siguió hasta su posición.
Mas atrás a solo dos asientos se encontraba, a solo escasos metros su pelo miraba. A solo escasos metros estaba de dirigirle unas palabras. Pero allí se quedo, y dentro de su imaginación aquella mujer vio, el beso que jamás soñó, sus labios pronunciados sabor a fresa, sus cachetes sonrojados y ojos oscuros, cabello castaño, jeans azules, blusa dorada y zapatos claros, haciendo de aquella belleza mas de su agrado, ella se le acerco, sus caderas tomo con sus brazos sujeto, los brazos de ella sobre sus hombros posó y con el contacto de los labios la beso, una experiencia que jamás había experimentado, después de dejar de soñar se dio cuenta que ni estaba a su lado, se bajo, no se dio cuenta ni donde ni cuando poco le importo hasta donde había llegado.
Un taxi le costo volver a su casa ese día que ya de noche era imprescindible.
A los días siguientes en las mañanas frías, viendo en todas direcciones, la chica de pelo castaño no apareció en nada más que en sus visiones.
Una tarde como cualquier otra un bululú había en la transitada av. Lara haciendo que el autobús se atrasara, al parecer un accidente, un taxista que no paro en el rojo se apenaba, los sueños de alguien se evaporaban, no fueron feliz por que al taxista no le dio la gana, de que dos jóvenes por su felicidad pelearan, asomándose el joven el accidente encaraba, para mala suerte que ensangrentada en el piso se encontraba su amada, A LOS DEMÁS POCO LE IMPORTO EL ASUNTO PERO YA NO HABRÁ UNA VIDA EL Y ELLA JUNTOS.